2007

Salón de la Fama del Deporte Riopedrense

Juan "Johnny" Báez
Baloncesto

Johnny nació el 14 de abril de 1935. Fue el sexto de los 9 hijos de Doña Sisa Mariño y Don Andrés Báez. Su padre era perito electricista en el tren. Su familia residía al margen de la vía del ferrocarril, cerca de la entrada del pueblo de Río Piedras por la Avenida Ponce de León. De su lugar de residencia nació su apodo del Negro de la Vía que le puso Caribe Gotay y que Manolo Rivera Morales luego cambió al Indio de la Vía.

Johnny cursó estudios en el sistema educativo de la UPR: Escuela Modelo y Escuela Superior de la Universidad (UHS). Desarrolló, inicialmente su gran habilidad para el baloncesto con la ayuda de Lilliam Colberg, maestra de Educación Física en la Modelo. Tuvo gran ayuda en categorías menores de Tato Colón y Humberto Valines. La figura clave en su desarrollo como baloncelista fue Félix Joglar. De adolescente, iba frecuentemente a los partidos de la Liga Superior, los cuales se efectuaban en la cancha de la Universidad hasta 1948.

Johnny ascendió como novato al equipo Cardenal en el verano de 1953. Impresionó tanto en los partidos de Primera Categoría preliminares al juego de Superior en que participaba, que lo subieron trás el tercer partido. Recuerda Johnny que su equipo de Primera Categoría de Félix Joglar se las tenía que ver con el de Millín Romero de la YMCA, el cual ya contaba con Rafa Valle.

Cuando llegó a los Cardenales en 1953; Felicio Torregrosa, Dickie Cruz, Demy Fernández y Mon Ortiz estaban allí. Su participación en 1953 fué muy limitada. Anotó 41 puntos en 13 partidos. Para 1954 llegaron a los Cardenales Tinajón Feliciano, Miguel Pacheco y el novato Totin Cestero. La maquinaria Cardenal se estaba cuajando. Johnny empezó a descollar en las anotaciones. En 1954 alcanzó 193 puntos en 21 partidos. Sus Cardenales no clasificaron para las series semifinales ni en 1953 ni en 1954.

Para 1955 llegó a Río Piedras la pieza final y clave del gran quinteto Cardenal de la época: Víctor Mario Pérez.

Durante 1955, 1956 Y 1957 los Cardenales ganaron 3 Campeonatos consecutivos. Tinajón fue la figura principal en los primeros dos, con Johnny haciéndole segunda voz en las anotaciones. Sin embargo, tras la partida de Tinajón y Pacheco a fines del '56, Johnny se echó al hombro el equipo y lo condujo a un tercer Campeonato consecutivo en 1957. Johnny fue el Jugador Más Valioso y el Campeón Anotador de 1957. Anotó 394 puntos en 16 juegos. En 5 años se había convertido en una gran estrella.

En 1958 Y 1959 Johnny tuvo una participación limitada a nivel local por sus compromisos deportivos y académicos en Madrid. Johny colocó muy en alto el nombre de Puerto Rico en Madrid, en España y en Europa. Venía a Puerto Rico solo para fines de nuestra temporada de verano. En 1958 ofreció un recital de buen baloncesto, junto a Pachín Vicéns, en la Serie del Caribe. En los Panamericanos de 1959 en Chicago fue el Campeón Anotador, en un torneo donde figuraban estelares como Osear Robertson, Jerry West y Amaury Dos Passos. Johnny y Pachín hicieron el equipo Todos Estrellas.

Entre 1960 Y 1966 Johnny se mantuvo entre los primeros 7 anotadores de la liga. En 1961 ganó su segundo título de anotaciones. En 1963 condujo a sus Cardenales a otro Campeonato y fué el Jugador Más Valioso. En 1964 logró su tercer campeonato de anotaciones ('57,'61) y su tercer título como Jugador Más Valioso ('57,'63). En esa ocaslon coló 523 puntos, su total más alto en 17 temporadas. Hasta ese momento, solo 2 baloncelistas habían sobrepasado los 500 puntos en una temporada: Tinajón Feliciano y Rafael Valle.

Durante las 17 temporadas Jugadas por Johnny, los Cardenales fueron finalistas en 8 ocasiones, ganando 4 Campeonatos. Al concluir su carrera baloncelística en 1969, Johnny había anotado 5,239 puntos en 311 partidos, para un promedio de 16.8 puntos por juego. Su punto 5 mil lo alcanzó el 13 de junio de 1969 en el Bithorn, frente a los Piratas de Quebradillas y ante 4,043 fanáticos. A pesar de su memorable año de despedida, Johnny no pudo evitar que los Vaqueros conquistaran el Campeonato de 1969 en un séptimo y decisivo juego presenciado en el Bithorn por una asistencia record de 17,621 personas.

Desde su accidente el pasado 8 de marzo (2007) y a sus 71 años, nuestro Indio de la Vía ha permanecido con una delicada condición neurológica. Con su propio esfuerzo, con el amor incondicional de sus familiares y con las oraciones de todos los riopedrenses y puertorriqueños, nuestro Gran Cardenal se encamina lentamente hacia la rehabilitación.

El deporte del baloncesto, los deportistas puertorriqueños y en especial la fanaticada Cardenal tienen una gran deuda con este magnifico canastero, excelente ser humano, ciudadano ejemplar y sobre todo gran amigo. Es un privilegio y un gran orgullo para nosotros el que hoya nombre de los deportistas riopedrenses le dediquemos esta nuestra Vigésimo segunda exaltación al Salón de la Fama del Deporte Riopedrense a nuestro querido Indio de la Vía Juan Báez Mariño.