Jugador estelar de los Cardenales de Río Piedras, de la Universidad de
Puerto Rico y de varios seleccionados boricuas durante la época gloriosa
del deporte del Baloncesto, compitiendo exitosamente desde mediados de los
años '30 hasta fines de la década del '40. Presidente de la Sociedad Atlética
de la UPR durante sus años de estudiante en la Universidad, siendo un gran
líder y consejero de sus compañeros de los conjuntos en que participó, colaborando
muy acertadamente con las actividades locales de baloncesto para beneficio
de la juventud riopedrense. Fue exaltado al Pabellón de la Fama del Deporte
Puertorriqueño en el año 1975 en el deporte de Baloncesto.